Hoy, 3 de diciembre, es el Día Internacional de las Naciones Unidas para personas con discapacidad. Se celebra desde 1992 y el acceso al mundo laboral es, todavía, una gran asignatura pendiente. No obstante, la tendencia es esperanzadora: según un informe de la Fundación Adecco y la consultoría de empleo Capgemini con datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y del Instituto Nacional de Estadística (INE), la contratación de personas con discapacidad ha aumentado en los últimos años y se prevé que 2014 cierre con un máximo histórico en el número de contratos a este colectivo, con un 25% más que en 2008. Estas cifras, según el informe, chocan con el descenso del número de contratos global registrado en los últimos años en el mercado laboral (un 12% en los últimos cinco años).
La inserción laboral de las personas con discapacidad tiene dos hándicaps: el del empresario, que desconoce al colectivo por falta de información, y el del propio discapacitado, que a veces piensa que no le van a contratar por una actitud negativa, muchas veces influida por sus familiares, que piensan que su hijo no puede hacer cosas porque lo han sobreprotegido o porque lo infravaloran.
Perfil de desempleo: mujer, discapacitada y del sector Servicios
Según el informe Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad de 2014 del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el perfil de la persona con discapacidad parada es el de una mujer con una discapacidad de tipo físico, con estudios secundarios, procedente del sector Servicios, que solicita trabajar como personal de limpieza y que lleva demandando empleo más de 12 meses. En España hay 531.600 personas activas con discapacidad (un 2,32% de la población total). De ellas, un 66,9% están trabajando y un 33,1% en el paro, una tasa casi diez puntos superior a la de las personas sin discapacidad.