Tener empleo es muy importante para todo el mundo, y perderlo, un grave contratiempo. Pero para las personas con discapacidad es mucho más que eso, porque su inserción laboral es clave para su inserción social.
Autonomía, independencia, autoestima y reconocimiento social son los principales beneficios de obtener trabajo para las personas con alguna discapacidad, que los perciben en mayor grado que quien no la tiene, coinciden los psicólogos e integradores sociales.
El diario El Periódico ha recogido hoy en su sección de sociedad los testimonios de varias personas con discapacidad, que ponen de manifiesto la importancia de contar con un empleo estable para lograr la inserción social:
Pablo Monteagudo tiene 39 años y síndrome de Freeman-Sheldon, es psicólogo social y coordina el Servicio de Integración Laboral (SIL) de Sant Adrià de Besòs. Asegura que “Difícilmente eres una persona que cuenta como ciudadana en esta sociedad si no tienes un trabajo. Un día tú me puedes invitar al cine, pero a lo mejor alguna vez me apetece invitarte a ti. Eso es igualdad”, explica.
Anna Vergés, reside en Barcelona y tiene 30 años. Sufre una hidrocefalia que le inmoviliza el lado derecho del cuerpo y sabe por experiencia que perder el trabajo es un ‘shock’. “Estuve trabajando tres meses en una empresa ordinaria que quebró y el proceso de aceptación fue muy duro. Se pasa fatal. Soy una persona nerviosa y estar en casa es asfixiante”, explica. Actualmente trabaja de administrativa en la federación de entidades del sector Dincat, empleo que encontró tras su paso por Aura. “No he tenido una juventud fácil. Los obstáculos han sido muchos para adaptarme a un ritmo de vida normal”, apunta. Ahora se muestra contenta con poder desenvolverse como cualquier otra persona en su ámbito laboral.