Emprendimiento verde asociado al olivar

Las ramas que nacen desde la base del tronco del olivo, robándole recursos al árbol y a su fruto, representan uno de los «grandes enemigos» que han identificado desde la organización sin ánimo de lucro «Apadrina un olivo». El otro, es el abandono del medio rural.

Cuatro jóvenes lideran un proyecto de «emprendimiento social y medioambiental» que trata, «a través de la vinculación emocional», de conservar los más 100.000 olivos centenarios olvidados que se contabilizan en la comarca de la Comunidad de Teruel.

De momento, han comenzado por cambiar la historia de Oliete, un pueblo que se encontraba en vías de desaparición como consecuencia del «éxodo rural» y la «falta de proyectos para fijar población». A comienzos del siglo XX el municipio turolense contaba con unos 2.400 habitantes; en los últimos años, sin embargo, el número de empadronados ha bajado hasta alrededor de los 600, según datos del Instituto Aragonés de Estadística.

Por fortuna, Oliete está de nuevo involucrando a sus vecinos en labores como la poda, el riego o la labranza del suelo gracias a la iniciativa de Alfonso y sus amigos, que buscan padrinos para 100.000 olivos abandonados. Ya han conseguido sumar 1.600 compañeros que se han hecho responsables de 4.000 ejemplares.

Juan y Bea, sin ir más lejos, tienen apadrinados cinco olivos; el último de ellos ha sido un regalo para sus sobrinos de Abu Dhabi. El próximo fin de semana quizás visiten Oliete; están invitados -y tú también- a la cuarta cita multitudinaria de padrinos a los olivares que forman parte de proyecto a través de acuerdos de custodia del territorio. Una herramienta de conservación que consiste en que los propietarios ceden la gestión de estos ecosistemas para asegurar su mantenimiento, en muchos casos oneroso e inasumible para quienes los han recibido, mayoritariamente, de herencias y no se dedican a la agricultura.

Hay distintas formas de convertirse en padrino, la más habitual suele ser el abono de cincuenta euros al año. Y reciben dos litros de aceite como contrapartida. Conviene tener en cuenta que la iniciativa apenas está comenzando, por lo que la producción actual es pequeña y la prioridad de su destino son los padrinos, que disfrutan de ese «sabor almendrado y ligeramente picantón, ideal para ensaladas y tostadas por su riqueza de aromas», característico de la oliva negro azabache que dan las variedades de Empeltre y Aberquina -de las más antiguas de España- de estos olivos aragoneses.

En breve, en noviembre, también se inaugurará en la zona una almazara «sostenible, social y solidaria» que comercializará el excedente de aceite en botellas premium de 500 mililitros de una nueva categoría de este denominado oro líquido: ecológico virgen extra «responsable». «No se trata de una idea, como ya existe, de apadrinar un olivo para vender aceite, sino de poner un recurso en valor para generar riqueza en los pueblos», insiste Alfonso.

Cuatro agricultores trabajan a tiempo completo en el proyecto, que planean extender a Toledo, Andalucía y Galicia, donde ya están interesándose por el mismo, y comparten su experiencia con un grupo de discapacitados intelectuales de una asociación que también colabora con «Apadrina un olivo». Otros agricultores de Oliete están volviendo a retomar sus actividades agrícolas y, por supuesto, podrán utilizar la almazara. La idea es que cuantos más se arrimen a este buen árbol, mejor para todos: a la sombra de unas saludables biodiversidad y economía.

Enlace a la noticia:

http://www.abc.es/natural/biodiversidad/abci-emprendimiento-verde-asociado-olivar-201609160951_noticia.html

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